Cómo cuidar a una persona en silla de ruedas
30 de junio de 2021
Lo primero que debes hacer para poder brindar el mejor cuidado posible a una persona con movilidad reducida es comprar una silla de ruedas que se adapte al tamaño y las necesidades específicas del usuario.
Para ello deberás tener en cuenta asuntos como el peso del usuario, si este puede impulsar la silla de forma autónoma o no o las dimensiones del hogar en el que va a ser utilizada, entre otras variables.
Una vez encuentres el dispositivo perfecto, considera la opción de hacerla más cómoda y funcional a través de la incorporación de accesorios para sillas de ruedas como bolsillos laterales, bandejas extensibles, porta paraguas, etc.
No menos importante es adaptar la vivienda para favorecer la movilidad, la autonomía, el entretenimiento y la comunicación del usuario de la silla de ruedas en su día a día.
Para conseguir una vivienda 100% adaptada es necesario tener en cuenta tanto las limitaciones funcionales de los habitantes como las posibilidades arquitectónicas del inmueble.
Algunas de las obras de adaptabilidad más habituales son la eliminación de resaltos, la instalación de rampas de acceso, la ampliación de los accesos a las habitaciones y de los puntos de giro o la reducción de la altura de los mostradores.
Consejos para el cuidado de personas en silla de ruedas
Los cuidados pueden variar mucho en función del grado de dependencia que tenga la persona que requiere de ayuda técnica para moverse o desplazarse.
Por ejemplo, si el usuario de silla de ruedas goza de cierta movilidad, es importante dedicar una o varias sesiones diarias a mejorar su movilidad.
Uno de los ejercicios que podemos hacer es levantarlo con mucho cuidado y, agarrándolo bien, ayudarle a sostenerse sobre el pie de mayor movilidad.
En el caso de que pueda mantener el equilibrio y goce de movilidad en ambas piernas, le ayudaremos a que dé pequeños pasos cada dos horas para que no pierda el hábito de caminar, active la circulación sanguínea, fortalezca mínimamente la musculatura del tren inferior y evite la aparición úlceras por decúbito o presión.
Uno de los puntos más delicados es la asistencia para bajar escaleras. En el caso de que la persona en silla de ruedas esté en condiciones físicas de hacerlo es recomendable situarse delante para poder agarrarle rápidamente en el caso de que pierda el equilibrio.
En este caso de tener que bajar las escaleras sin opción de rampas, las sillas salvaescaleras son la opción más práctica y segura.
Otra cosa que es importante que conozcas es cómo ayudarle a sentarse o levantarse de la silla de ruedas.
Para ayudarle a sentarse en la silla de ruedas de forma ágil y segura te recomendamos que:
1- Coloques la silla de ruedas lo más cerca suyo que puedas.
2- Levantes los reposapiés y actives el freno.
3- En el caso de que se encuentre tumbado en la cama, ayúdale a utilizar la fuerza de su tren superior para girar su cuerpo y lograr que se siente al borde la cama.
4- Una vez sentado, pídele que se recline ligeramente hacia adelante.
5- Agárralo y levántalo pidiéndo que se pose, en primer lugar, sobre su pie más estable, de espaldas a la silla.
6- Acomódalo con cuidado poco a poco sobre la silla de ruedas.
Para ayudarle a levantarse de la silla de ruedas de forma ágil y segura te recomendamos que:
1- Coloques la silla lo más cerca del sofá o de la cama que puedas.
2- Le pidas que se recline ligeramente hacia adelante.
3- Lo agarres y lo levantes pidiéndole que se pose, en primer lugar, sobre su pie más estable, de espaldas al sofá o la cama.
4- Lo acomodes con cuidado poco a poco sobre el sofá o la cama.
Consideraciones a tener en cuenta para cuidar a una persona en silla de ruedas
Es aconsejable vestir a la persona en silla de ruedas con ropa cómoda y con tejidos agradables, elásticos y transpirables como el algodón 100%. Las prendas con velcros y botones grandes facilitan la acción de vestir y desvestir, tanto a la persona en silla de ruedas como a su cuidador.
Para evitar la aparición de úlceras y activar el riego sanguíneo es recomendable que la persona en silla de ruedas se mueva -de forma autónoma o asistida- cada dos horas.
En el caso de las personas que se pasan casi todo el día postradas en la silla, se recomienda realizar revisiones periódicas en la piel en busca de marcas rojas o moradas que alerten de la presencia de úlceras por presión; y utilizar un cojín antiescarás.
Si se detecta alguna se debe buscar la causa de ese punto de presión y corregirlo para evitar que la piel se abra y se generen ampollas con líquido que puedan desencadenar una infección o una úlcera que requiera de una intervención quirúrgica para eliminarla.
Como decíamos al inicio, cuidar a una persona en silla de ruedas no es fácil, por lo que si no tienes tiempo o no te ves capacitado para hacerlo tras un tiempo de prueba te recomendamos que recurras a profesionales que garanticen que la persona en silla de ruedas está perfectamente atendida en todo momento.