Tipos de camas hospitalarias y para qué sirven

20 de abril de 2021

Elegir el colchón y cama adecuados para una persona incapacitada de manera parcial o permanente, repercuta en su bienestar y en su descanso. Te contamos cómo optar por la correcta.

Cuando tenemos a un ser querido con necesidades especiales debido a la edad, un accidente, o cualquier otra causa, precisamos tener una cama hospitalaria en casa para que se encuentren lo más cómodo posible dentro de su incapacidad.

Para ello, antes de elegir el colchón adecuado, debemos de escoger aquella cama que tenga las funciones específicas para la patología del paciente.

Aprovechamos, a continuación, para explicarte los tipos de camas hospitalarias que existen y para qué sirve cada una de ellas.

Tipos de camas hospitalarias y sus funciones

Las camas hospitalarias pueden ser camas articuladas o rígidas.

Las camas articuladas se dividen en camas eléctricas y las camas geriátricas manuales. Dentro de ellas, tenemos las camas bariátricas y las camas con carro elevador.

Como ves, son muchas las camas que existen en el mercado para las personas con cierta incapacidad. A continuación, te explicamos la función de cada una:

Camas rígidas

Como su nombre indica son camas con un somier fijo, y que no poseen la capacidad de elevar ni la cabecera ni los pies, puesto que no dispone de articulaciones.

Están compuestas por una estructura de madera o metálica y dispone de barandillas por uno o por ambos lados. Algunos modelos llevan ruedas incorporadas, pero suelen ser camas bastante simples, por lo que la comodidad tanto para el paciente como para el cuidador no es destacable.

Camas articuladas

Las camas articuladas tienen un somier con varias articulaciones móviles, por lo tanto, puede mover cada zona del cuerpo del enfermo. Son las más utilizadas para el descanso del paciente, ya que gracias a su movilidad permiten los cambios posturales y se adaptan fácilmente a las características de cada paciente.

Dentro de las camas articuladas podemos encontrar las camas articuladas eléctricas, que funcionan mediante un sistema eléctrico, y las camas articuladas manuales.

Camas articuladas eléctricas

Son camas muy cómodas y los movimientos de cada zona del cuerpo se realizan mediante un mando. Esto ayuda al paciente a ser más independiente y tener mayor autonomía.

Entre las camas eléctricas, podemos encontrar las camas bariátricas. Estas son camas especialmente diseñadas para pacientes con sobrepeso. Dependiendo del modelo, podrían llegar a soportar hasta un peso de 120 kg por persona.

Las camas eléctricas pueden también ser camas con carro elevador. Esta puede elevarse a la altura que el paciente lo desee. En resumen, son camas que facilitan la incorporación así como la salida de la cama. Cada vez que el enfermo necesite moverse, o acudir al servicio, a la ducha etc. podrá hacerlo sin mayor esfuerzo físico.

Camas articuladas manuales

Con este tipo de camas el paciente puede incorporarse y elevar sus pies. Son un poco más cómodas que las rígidas, porque al ser articuladas tienen más variedad de movimiento.

Las camas manuales son preferibles para aquellos usuarios que tienen mayor capacidad de movimiento. De lo contrario, las eléctricas serán más cómodas.

Camas de levitación

Estas camas son idóneas para personas que sufren quemaduras o que tienen gran parte de su cuerpo con ampollas en la piel debido a las lesiones. Estas personas no pueden estar en contacto con ningún objeto, ya que el roce en la piel puede ocasionar al enfermo grandes molestias.

Las camas de levitación permiten a los pacientes permanecer elevados de la cama para no estar en contacto con nada. De ahí su nombre. Para mantener al paciente elevado por encima de la cama, se usa un aire caliente que consigue esa suspensión.

La elección correcta repercuta en la salud del paciente

Todos pasamos un tercio de nuestras vidas en la cama descansando, pero una persona enferma pasa muchas más horas en ella. Por eso, es indispensable velar por la comodidad y bienestar del enfermo eligiendo la cama y colchón adecuado.

Lo más importante es que la cama se ajuste a cada paciente y sus necesidades, que esté en buen estado y que funcione correctamente.