Cómo tratar la pérdida de masa muscular o Sarcopenia

La pérdida de masa muscular, llamada también sarcopenia, suele ser uno de los factores que afecta a la disminución de la fuerza.

Los músculos sostienen nuestro esqueleto. Sin una buena musculatura, no podemos desempeñar nuestras actividades cotidianas con facilidad. Son importantes para mantenernos activos, independientes y libres.

Además, sin una buena musculatura no podremos conservar una correcta postura corporal.

Cuando nuestros abuelos nos dicen que aprovechemos el tiempo, que una persona cuando se hace mayor no tiene la misma fuerza ni vitalidad de antes es porque no se equivocaban.

Todo esto es debido a un resentimiento del cuerpo que comienza a flaquear. Aparecen enfermedades, dolores y molestias que afectan a su vida cotidiana.

¿Cuántas veces les hemos ayudado a subir la compra a casa? Acciones básicas de nuestro día a día se convierten en una complicación para ellos con el paso de los años.

La pérdida de masa muscular, llamada también sarcopenia, suele ser uno de los factores que afecta a la disminución de la fuerza.

Por ello, en este artículo vamos a explicarte qué es la sarcopenia y cómo tratar esta pérdida de masa muscular.

¿Qué es la sarcopenia?

Cuando hablamos de sarcopenia nos referimos a una enfermedad degenerativa del músculo esquelético. Conlleva a una disminución de la fuerza y la masa muscular que finalmente acaba afectando al rendimiento físico.

Esta pérdida de masa se va produciendo gradualmente durante la edad adulta, pero es en la vejez cuando comienza a pronunciarse.

En las mujeres, suele aparecer de manera más escabrosa con la llegada de la menopausia. Pero en general, es a partir de los 50 años cuando la sarcopenia comienza a dar sus pasos disminuyendo progresivamente la fuerza muscular.

¿Cuáles son las causas de la sarcopenia?

No existe una causa exacta que produzca la pérdida de masa muscular, pero sí algunos factores que pueden influir en su desarrollo.

Como ya hemos mencionado, el factor edad tiene mucho que ver en la pérdida de masa muscular. Pero hay otros factores asociados que pueden ir cambiándose con la edad, como, por ejemplo:

–   La inactividad física. Este factor puede ser causado por un estilo de vida sedentario o por una inactividad forzada debido a una discapacidad, hospitalización o enfermedad.

–   Patologías endocrinas como, enfermedades crónicas asociadas a procesos inflamatorios, cáncer, resistencia a la insulina o alteraciones en el estado nutricional.

–   Alimentación incorrecta. Tanto la alimentación, como la actividad física, son importantes para disminuir las posibilidades de desarrollar sarcopenia.

¿Cuáles son los síntomas de la pérdida de masa muscular?

Los síntomas de una persona que padece esta Sarcopenia están relacionados con la pérdida de la función de los músculos, principalmente a la debilidad y la fatiga. Esa sensación de debilidad puede verse afectada con la dificultad para levantarse de una silla o una velocidad lenta para caminar incluyendo alguna caída de repetición.

En algunas personas la pérdida de peso muscular repentina sin causa justificada suele ser otro síntoma frecuente de la sarcopenia. Todo ello puede asociarse a la larga con consecuencias como fracturas, aumento de ingresos hospitalarios, discapacidad física, en definitiva, un empeoramiento de la calidad de vida e incluso a veces, la mortalidad.

¿Cómo se diagnostica una sarcopenia?

Realmente no existe una prueba como tal para hacer el diagnóstico. Pero el médico puede solicitar al paciente un test físico en el que se mide la fuerza muscular el rendimiento físico, así como RM, tacs, DXM, etc.

A través de estas imágenes se puede intentar cuantificar la masa muscular.

¿Cuál es el tratamiento de la sarcopenia? ¿Qué hacer?

 

Cómo ya hemos explicado, se desconoce la causa exacta de la sarcopenia. Pero sí se conocen algunos factores que ayudan a desarrollarla como, una vida sedentaria y una alimentación inadecuada.

Por ello, al desconocerse la causa exacta de esta patología no se han desarrollado hasta el momento medicamentos específicos para tratarla. Sin embargo, una manera de luchar contra el deterioro muscular es manteniendo un estilo de vida saludable con una buena alimentación y actividad física diaria.

Lograremos tener una alimentación equilibrada al ingerir proteínas animales y vegetales de alta calidad. En algunas ocasiones debe considerarse ingerir alguna suplementación con proteínas para mejorar la ingesta correcta de la misma.

En cuanto al ejercicio físico, es de vital importancia entender que los músculos necesitan una actividad diaria programada para mantener una función adecuada. La prescripción de ejercicios de resistencia ha demostrado ser efectiva para mejorar la masa muscular, la función física y la fuerza.

Hay dos tipos de ejercicios: ejercicios aeróbicos y anaeróbicos. Ambos, deben ser practicados para evitar la pérdida de masa muscular producida a lo largo de los años:

  • Los ejercicios aeróbicos como nadar, correr, hacer bicicleta etc. son excelentes para la salud cardiovascular ya que estimula el funcionamiento del corazón, los vasos sanguíneos y los pulmones.
  • Los ejercicios anaeróbicos son los que necesitan más actividad muscular para realizarse. Ejercicios como levantar pesas o hacer ejercicios musculares de tensión son algunos ejemplos para trabajar la masa muscular.

Realizar ejercicios diarios de estiramientos, hacer uso de pesas para brazos y piernas y algún movimiento contra resistencia son solo algunos ejemplos que ayudan a prevenir esta enfermedad.